lunes, 26 de abril de 2010

Mariposas.

Hoy salí a buscar mariposas

de ésas que tienen muchos colores,

y que cuando las juntas,

dices cosas también de muchos colores.


Pero hoy camine por esos campos

que se terminan hasta el horizonte,

y ésta vez, el horizonte

se alejaba más y más.


Todo estaba igual.


Un verde de muchos verdes

que se extiende por donde vean tus ojos,

con manchas de colores,

unas aquí, otras allá,

y las que apenas se distinguen en la lejanía..


Pero estaba diferente.


Quizá había mariposas,

de hecho las había,

sólo que no las podía atrapar.


Todo era un caos.


Ya las palabras no se acomodan,

porque no hay ideas claras.



Sabes que amas,

pero también sabes

que ya no debes decirlo.



O puedes decirlo,

pero para ti,

pero así no sirve.


Y así seguí caminando

hasta que vi que la noche

no estaba oscura.


Miré al cielo

y allí estaba el enorme disco de plata

en un cielo estrellado.


Le pregunte si te había visto,

me miro indiferente

y nada me contesto.


Una gran tristeza invadió mi alma.


Antes cuando le preguntaba

me miraba muy expresiva,

y con una sonrisa me decía que si.


Esta vez, las mariposas volaban tristes,

porque no pude hacer que sirvieran

para lo que fueron creadas.


Para con muchas palabras, decir

sólo dos,

te amo.

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