lunes, 26 de abril de 2010

Sobreviviendo.

Camino por el tiempo de mi vida

y espero impaciente

que la luz sea sucedida por la oscuridad de la noche

de este día que hoy termina.


A veces pesa más mi cuerpo que mi cansancio,

no se justifica que arrastre los pies.

Trate de sonreír a la vida,

pero mi rostro petrificado,

a Medusa miré en ti,

me impidió hacerlo.


Mi cuerpo con hambre de mi cuerpo,

intento absurdo de autodestrucción.


Miro los fragmentos de mi vida,

esparcidos, en el camino que se abre a tus pasos

en tu diario andar.


Mi amor que se hizo pedazos

en la pared de tu insensibilidad.


No se,

lo quiero que sea de noche.


Tal vez sea sólo para estar seguro

que se termino otro día,

y que estoy vivo.


Avalancha de razones porque no sucedieron cosas,

justificaciones estériles. Inútiles.


El tiempo con su memoria

me recuerda lo que mi memoria

a veces dice que no recuerda.



Velado recurso,

para justificar la ocasional amnesia

que necesita mi conciencia

para tener un remanso

en mi tormentosa existencia.

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