UN DESEO.
El viento que viene del sur, el sabe de ti, sabe de tus secretos, juega con tu cabello, recorre tu piel, tus labios.
A veces suavemente, otras es violento, pero te adora.
Le encanta escuchar tu voz.
A veces cuando cantas, el también lo hace, pero deja que solo se escuche tu voz y la lleva con mucho cuidado para que no se descomponga, a los oídos de los que te aman.
Estoy tan lejos.
Por eso espero al viento del sur, porque el trae las voces de allá y trae la tuya.
No he escuchado tu voz, pero se cual es, porque mi alma cuando quiere verte, se va contigo cuando mi cuerpo se queda entre la tibieza y el olor del tuyo que siento, porque mi alma esta contigo, para ella no existe el tiempo ni la distancia, y se va contigo.
Cundo amanece y abro los ojos, lo primero que veo es a ti, y vuelvo a vivir el momento de encuentro de nuestras almas.
El frio es intenso, pero me mantiene calientito el calor de tu recuerdo y eso que me dice que ya estoy cerca, porque escucho tu voz y se de donde viene.
Y luego veo una calle con arboles sobre la acera, y un lugar en donde se respira un ambiente mágico, un lugar en donde se piden deseos y los sueños dejan de serlo, porque allí los hacen realidad.
El aire tiene colores de fantasía que deja en las cosas que toca.
Los azules descienden y se posan suavemente. El encanto esta allí.
Tocarè la puerta porque quiero pedir un deseo, un deseo que es un sueño.
Martin Rosas.