domingo, 30 de enero de 2011

EL MAR.

EL MAR. (81)


Fui al mar y le platique de ti, le dije que eres muy hermosa, que tu voz acaricia mis sentidos, y que tu alma a través de ella dice cosas muy hermosas. Así como el con su voz, el viento y su frescura recorren mi alma y me llenan de vida.
También le dije que a veces mi alma se va hasta donde tu estas.

Súbete a mis palabras, ellas serán la barca que se deslizara suavemente y te llevara por el inmenso azul que tus ojos miran.
Ellas serán el eterno vaivén de las olas, el murmullo que arrullara tus sueños, cuando navegues en las aguas argentadas, con el rumbo que te darán las corrientes, en las noches de búsqueda incansable de nuestras almas y que te llevaran hacia donde los azules se juntan para nunca separarse.
Esperaremos a que poco a poco vayan apareciendo los luceros que se dibujan en el horizonte y hasta lo alto, en donde hay nada que evite ver para donde tus ojos se dirijan, porque este aparece al mismo tiempo por todos lados, y solo se ve una cúpula con muchos puntos luminosos.

Nada que al viento detenga y este fluye lentamente, musitando al oído la calma, la tranquilidad de un azul oscuro

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