CADA MAÑANA.
Cada mañana que abro los ojos
de la noche de tu ausencia
surge la luz de la esperanza
de que no solo sea mi mente quien te mira
y algún día, con mis ojos,
poder verte.
Mi alma te mira a diario,
yo no.
Y vivo a cada momento,
la necesidad
de con mis manos tocar las tuyas
De mirarte a los ojos
para entrar al laberinto,
en donde mi alma
quedara atrapada,
para dejar que me lleves dentro de ti.
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