sábado, 31 de julio de 2010

A TODOS LOS QUE ME ENSEÑARON ALGO EN MI VIDA, EN UN SALÒN DE CLASES O EN LA VIDA MISMA.

A TODOS LOS QUE ME ENSEÑARON ALGO EN MI VIDA, EN UN SALON DE CLASES O EN LA VIDA MISMA.

Había mucho que aprender para vivir,

los padres no tenian tiempo para enseñar a los hijos,

después,

ya no tenìan los conocimientos para hacerlo.

Entonces, había quienes se daban tiempo para explicar cosas,

podían hacerse entender por los demás,

ellos comprendían su entorno y podían explicarlo,

sabían para ellos y para los demás

y les gustaba hacerlo.

De esta forma, algunos llegaban a hacerles preguntas

para poder entender mejor lo que sucedìa a su alrededor

y por medio de las plàticas enseñaban.

Luego, fueron guìas para sus pueblos,

como siempre decían la verdad de cómo eran

y sucedìan las cosas,

la gente les creía, confiaban en ellos.

Las palabras que se usan para comunicar

ahora también las usan los que saben,

para enseñar.

Voces que dìa a dìa suenan en el salón de clases,

voces que no tratan de convencer, de imponer,

son voces que hacen hacer.

Cuando un maestro habla,

sus palabras, las escucha el deseo de aprender

que ya despertó entre quienes lo ven como un guía.

Un maestro no revisa tareas,

da seguimiento al cumplimiento

de un pacto de caballeros no celebrado

con sus alumnos.

Un maestro, es quien enseña a caminar entre letras y números,

y como resultado de ese andar,

las letras y números se meten por los poros de la piel

y luego circulan por el cuerpo,

como la sangre misma, de una forma natural.

Un maestro es quien induce a sus alumnos a soñar,

se ven ellos a futuro

siendo lo que les gustaría ser,

allì en ese salòn de clases.

Un maestro continùa con la monumental obra

de proyectar vidas,

todo maestro tiene etapas diferentes.

Maestra, madre, amiga y a veces confidente,

maestro, padre, amigo y a veces confidente.

por horas que duran toda la vida.

En ocasiones un sueño imposible

que jamás se olvidara.

Sueño de un alma puberta a veces,

que apenas se asoma a la vida,

Gracias maestros.

MARTIN ROSAS.

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