sábado, 31 de julio de 2010

LA CIUDAD.

LA CIUDAD

Cuatro manos pequeñas cargando un cuerpo de 3 años

jugando a temprana hora,

después de haber recolectado algunas monedas

después de haber recibido miradas diferentes,

que quizá sus almas pequeñas

aún no alcancen a comprender su significado

Tres almas pequeñas,

que juegan a ganarse la vida

y un ambiente hostil,

en ocasiones deshumanizado.

Un gusano metálico articulado, que le da a algunos

la posibilidad de tener una fuente de ingresos.

Voces que luchan por desprenderse del ruido

para hacerse oír,

gritan sin gritar,

sus voces dicen lo que su alma necesita.

Aquí la piel de sus pies

en el frio mármol

no deja huella,

como en la tierra que escucho su voz primera,

su llanto.

Tampoco saben como llegaron a éste lugar

tan diferente del que vinieron,

Hablan entre ellos algún dialecto

lo único que trajeron con éllos

niños bilingües.

Despertar para jugar, sí,

pero un juego en el que el resultado es seguir vivo

o ya no.

Un día al quedarse dormido,

en cualquier lugar

una calle, un parque,

no teniendo que taparse,

su alma pequeña lo tapo

con una frazada negra con luceros

y ya no hubo mas auroras para éste cuerpecito

aquí en ésta tierra.

MARTIN ROSAS

No hay comentarios: