sábado, 31 de julio de 2010

EL DIA DE FIESTA DE MI PUEBLO.

EL DÍA DE FIESTA DE MI PUEBLO

Las calles que llevan a la gente, las mismas que la traen.

Calles que tienen casas de formas diferentes con colores también diferentes, que suben o que bajan, depende de quien camine por ellas.

Calles que de noche están solas, sin gente, sólo ellas y las estrellas.

Solo algunas son testigos de la presencia de enamorados, sienten su andar acompasado, sin prisa, oyen lo que se dicen, saben cuando se toman de la mano, todo es tranquilidad, silencio.

Me miro caminando contigo, muy juntos, siento el calor de tu alma que entibia hasta lo más frío de mi ser, caminar de para quienes no existe el tiempo, la única intención es estar juntos.

Esas calles son insuficientes para tanta gente que camina ahora por ellas. Ríos de colores en un movimiento interminable, lugares no transitados en la vida diaria están vivos por la gente que hoy los anda.

Centinelas milenarios, los cerros, han visto y lo seguirán haciendo, la anual celebración, (agradecer un año más de vida, la cosecha del año que pasó y pedir por la de este año) oyen complacidos la música de muchos colores que camina por las calles, la reproducen y se oye en la lejanía.

Esta es la forma como los cerros se comunican entre ellos, y así es como saben en que pueblo hay fiesta.

Comparten con la gente la felicidad de un nuevo día de fiesta.

Música y gente un todo.

Movimientos al ritmo de la música, al ritmo de la vida.

Este día, las calles silenciosas viven el bullicio de cada año, se siente en ellas la felicidad anual de un pueblo que vive y que festeja a su dios que le da la vida,

Hoy caminará en los pies de sus hijos por las calles del pueblo.

Hoy mirará con sus ojos a toda la gente junta, a los que van seguido a la iglesia y a los que no tan seguido, también a los que no van por alguna razón.

No importa, éste día es especial, todos son sus hijos, todos celebran porque los que están aquí están vivos, y eso es lo que hay que festejar.

El aire con su lengua pronuncia una ese pero sin las e que lastima los oÍdos, sube a una gran velocidad, una luz que surge como de la nada que deslumbra y desaparece, luego se escucha un ruido ensordecedor.

Empieza el ritual.

El viento, con sus lenguas pronuncia el ruido de cohetes y las primeras notas de las mañanitas al santo patrono, las palabras que se dice la gente, las risas, los gritos de los ojos llamando a alguien

Ojala que el viento también me traiga tu voz de fiesta, de estallido de cohetes, de gritos de júbilo, de calles que ahora viven con la gente la felicidad del festejo, con la música que recorre cada rincón, y que a la misma tierra hace vibrar con el ritmo del tambor

También quisiera que me trajera el ruido de tus pasos cuando caminen hacia mÍ, para sentir como mi alma empieza a sentir todo lo que hay alrededor mío.

Como buscándote mis ojos miran lo que tu has visto, y allí encuentro de pronto los tuyos que me miran.

Tu sonrisa de felicidad porque todo lo que hay afuera lo traes dentro de ti. El viento, que bueno que existe el viento, porque sin él nunca escucharía tu voz aunque sea a lo lejos, tampoco me recorrería el cuerpo el perfume de tu piel y tu risa moviendo cada átomo de mi cuerpo.

El viento te lleva mi voz dondequiera que tú estés, y como él te encuentra mi voz también.

Hoy se encontrarán todas las miradas de todos los ojos que hay en el pueblo, ojos que quizá en años no se habían visto hoy se mirarán y tal vez se saluden sin palabras, tal vez haya indiferencia o quizá ni se miren.

Algunas miradas provocarán sonrisas, rubores, alegrías, otras generarán campos magnéticos tan poderosos que juntará las almas en cálido abrazo sin mediar pensamiento alguno.

Entonces mis ojos te buscarán en cada rostro que pase frente a mi, te buscarán en la distancia, mirarán todos los cuerpos que se mueven porque saben que estas tú allí, y mientras apareces, viene a mi mente una melodía que nunca escuchamos juntos pero que por alguna razón hace que te recuerde,

Habrá mesas esperando a los compadres del lugar y los que vienen de otros lados, a la familia que anda regada por lugares diferentes, a los amigos, a los amigos de los amigos y algunos invitados que se verán adornando alguna mesa que ellos mismos se invitaron y que ahora son parte de la gran fiesta, que se les atenderá de la misma manera que a todos, hoy es un día especial y todos tienen cabida. Sólo las sillas saben quienes son de casa.

No importa hoy lo que sobra es comida.

Todas las mesas tendrán una botella de licor, del que darán este día en ésta fiesta.

Botellas y en algunos lugares adornos florales.

Hay olor de comida en todo el pueblo, El olor de comida es el que sale por la puerta a recibir a cada uno de los invitados, a invitarlos a entrar, a sentarse, es el que hace que se empiece a sentir el hueco en el estomago que se llenara con la fuente del olor que salio a recibirlos y que ahora esta frente a ellos. La misma que olieron antes de entrar.

Luego los olores a comida de todas las casas se salen y se juntan con los olores de los puestos que hay en la calle y se hace el olor a fiesta que recorre hasta el último rincón del pueblo, y luego sube con los cohetes hasta el cielo y ya en forma de sonido llega a otros pueblos cercanos y los habitantes de esos pueblos perciben el olor por el estallido de los cohetes o si ya no se oyen de todos modos lo perciben porque en el cielo se ven las luces, luego como bolas de algodón que surgen de la nada y se ve como el viento las desaparece poco a poco.

Te imagino caminando entre la gente, quizá con paso apresurado, con la intención de robarle unos minutos al tiempo,

Tal vez quieras escapar de mi mirada, inútil intento porque mi alma ya te vio en cada habitante que esta en la fiesta de este día de fiesta

Ya te sintió y ya percibió tu perfume.

Hoy mi alma tuvo tanta necesidad de ti, de mirarte, de tocarte, de respirar el perfume de tu piel, de respirar el aire que tú respiras, que varias veces intento convencerme de ir a ti.

Al fin comprendió que no era momento de acercarse y gran desasosiego me produjo el no hacerle caso, porque también yo anhelo verte, oír tu voz, sentirte cerca de mí.

Transcurrió el día, un día mas de soñar despierto contigo

Recordarte, mirarte sin que tú estés, porque tú vagas por mi alma como la vez primera que tu presencia por el ancho horizonte brilló, desvaneciendo la densa niebla que ensombrecía mi solitario corazón.

Tu sonrisa, indudable e ineludible invitación a la vida, despertando la aletargada sensación de felicidad que un día viviera en mi alma.

Mi alma sufre tu ausencia, te busca y lo hará por el resto de mis días porque siempre esta buscando palabras para que la oigas.

El día transcurrió y tú en mi mente.

La noche llegó, para entonces ya tenía escrito algo para decirte. Al fin me quede dormido.

Por allí de la madrugada me despertó y me dijo algo que no alcance a escuchar, pero en mi memoria dejo el momento que estuvo contigo.

Y es que me vio tan triste que decidió ir a verte ella sola.

Porque cuando mi alma te busca sabe que el lugar en donde tú estas es en donde por primera vez se vieron: en el mundo de los sueños.

Cuando te ví por vez primera soñé contigo.

Los sueños son probadas de placer, de felicidad que nos da nuestra alma para hacerlos realidad, porque de eso vive la humanidad; de sueños.

Este maravilloso día la gente baila en las calles como cada año, éste día la gente mirará a los danzantes, que se cubren los rostros con mascaras no para no ser reconocidos por la gente del lugar, sino tal vez sea una forma de ellos mismos no serlo ante los ojos de quienes los miran, porque todos se conocen.

Y como cada año se olvida de todo y solo baila, y baila y baila todo el día y quizá también toda la noche y hasta ya entrada la madrugada o tal vez hasta el otro día, y seguirà bailando muchos días después de que paso la fiesta porque la satisfacción que produce hacer algo en èste dia tan importante lo recordarà su alma y sus pies que le dolerán por algunos días.

Este día los pies de los que bailan harán que la tierra también baile y ésta se elevara como muestra de que es parte de la fiesta.

La música se toca, se escucha , se siente, se huele, se mira en todos lados en los cuerpos que se mueven, en los colores que son música,

Ríos de colores que se mueven lentamente, o que se detienen pero van de un lado a otro, danzantes de muchos colores, así como sus almas que también son de muchos colores,

Anoche tuve un sueño, soñé contigo y como si hubiera despertado de un sueño estábamos juntos. No recuerdo como nos encontramos, sólo te ví, nos vimos; íbamos en tu corcel color de luna llena, cabalgando por ése sueño que era mas real que sueño.

Hacia tiempo que no sentía tu voz recorriendo y haciendo vibrar todo mi ser. Aún tengo en mí la sensación de haberte tocado y tú también, luego sentía que ya no era un sueño y ya no pude sentir la diferencia. Todavía no se si fue un sueño o realmente estuve contigo.

Por allí de las 4 de la tarde a veces se ve a la música en unos rostros inexpresivos, cansados asoleados, como cuando se hacen las cosas en automático.

Música igual, como cansada , las notas pesan tanto que el viento hace mucho esfuerzo para sostenerlas y ya no tienen fuerza para volar, para elevarse para que se vean en la distancia, como cuando empezaron a tocar muy de mañana.

Así como cuando te veo venir y estas tan lejos y tu andar dice tanto.

Empezar a tocar desde muy temprano siempre cansa.

En las mañanitas al santo patrono siempre hay euforia y ganas de desplazar al silencio, el silencio que a veces pesa tanto, que lastima, que esta hasta en el último rincón.

Otras veces es un hermoso silencio, como cuando me callo, como cuando te callas y entonces el silencio dice tantas cosas que nuestros ojos leen y en ocasiones las cosas que el silencio dice se nos meten al alma por cada poro de la piel y entonces es un silencio que dice tanto, es tan hermoso.

Luego el viento como que se vuelve loco cuando tiene que llevar a los oídos la música que camina en la calle y la que producen potentes cajas de resonancia.

Esta música si llega hasta donde quiere sin dificultad, como si tuviera ruedas corre por el viento y se va y se va hasta donde llega.

Va hasta los cerros y de allí se va más lejos aún pero ya con la ayuda de los colosos que también sienten la música.

Después de un rato los oídos se acostumbran a álgo que es una mezcla de música que camina y la que sale de las enormes cajas de resonancia, hasta que se va la que camina ya pardeando la tarde.

El sol también cansado de la fiesta decide irse a descansar y va apareciendo una bóveda hermosa con muchos puntos luminosos que brillan todos los días.

Hoy no se ve la luna, hoy se esconde del sol y como tú esta sin estar,

El silencio de la noche, ahora es desplazado por la música que recorre cada rincón del pueblo, así como cuando tú pasas y llenas todo con tu presencia.

La noche te trae hermosura, la noche te hace ver diferente, la noche te cambia, te hace ser más humana y mas semidiosa.

Aunque hay música en el aire, mi mente esta ocupada pensando en ti y oyendo la misma melodía que no escuchamos juntos, pero que hace que me acuerde de ti

De pronto todo se estremece, estallidos en lo alto de una intensidad que pareciera que el inmenso azul oscuro podría caer, luego el cielo se ilumina de luces multicolores que se esparcen formando círculos y se desvanecen, se pierden en lo oscuro del cielo de la noche.

Si cayeran diamantes del cielo los juntaría para hacerte una gargantilla y un par de aretes.

Así los estruendos se siguen unos a otros hasta que se consumen todos los cartuchos que contienen los fuegos de artificio, y de ésta forma un día de fiesta se va como los colores que aparecían en el cielo.

Este día se va como los anteriores, se va con tu ausencia.

MARTIN ROSAS.

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