jueves, 2 de diciembre de 2010

MILES DE OJOS.


MILES DE OJOS.

Y le dice al oído en una de las arremetidas contra el trapo rojo, que se hizo a un lado para dejarlo pasar. Las miradas expectantes y un grito que salió de las bocas como uno solo.

El lomo sangrando, jadeando, con la lengua casi colgando, metal que hiere su carne, debilitado por la perdida del rojo liquido. El dolor que quizá la adrenalina mitiga. Luchara hasta que le falte el aliento.

¿Quien engaña a quien?

No hay comentarios: